Hace algunas semanas tuve la oportunidad de conversar con un grupo de jóvenes, miembros del Consejo de Jóvenes Empresarios del Consejo Superior de la Empresa Privada de Nicaragua (COSEP), una reciente y muy valiosa iniciativa que están impulsando. Mientras consideraba los temas que podrían interesarles, pensé que era importante transmitirles algunas de las lecciones aprendidas durante mi oportunidad de trabajar en PRONicaragua y como mi experiencia aplicaba a la oportunidad que ellos tienen hoy como emprendedores y ejecutivos emergentes.

Mi experiencia en esta institución me enseñó a entender las diferencias entre la visión del funcionario público y la del empresario privado, así como la necesidad de encontrar puntos de convergencia para esas visiones. En Nicaragua, se vive un esfuerzo institucional ejemplar en esta línea, donde de manera conjunta el gobierno del Presidente Daniel Ortega y el sector privado a través del COSEP impulsan un modelo de diálogo y consenso que representa un esfuerzo por desarrollar políticas públicas en materia económica de forma consensuada. Igualmente, esta oportunidad me permitió conocer mejor sobre las brechas sociales que debemos superar como país y como la actividad económica privada puede contribuir a cerrarlas.

Les decía en aquella ocasión que ellos como jóvenes tienen la oportunidad de cambiar el paradigma del empresario y su rol en el desarrollo de nuestro país. Planteaba esto en principio debido a la nueva conciencia que prevalece en su generación, para la cual hablar de términos como Responsabilidad Social Empresarial y Aprovechamiento Sostenible de los Recursos, son ideas que han sido parte de su formación personal y profesional, y por lo tanto no necesitan discutirse.

Adicionalmente, su desarrollo como ejecutivos y empresarios sucede en un momento en que la economía global los obliga a competir en mercados muchos más abiertos e innovadores. Ellos viven su desarrollo profesional en una época en la cual se piensa en términos de impacto y de propósito en el trabajo, de innovación y productividad en la empresa. Parecerá sorprendente para algunos, pero cambiar el mundo es importante para ellos y sinceramente, aún cuando sea un proceso a la vez, esa actitud hace mucha falta en nuestras sociedades.

Eso significa que se han formado con un entendimiento claro de que en el mundo actual estamos todos interconectados y que deben considerar el impacto de sus decisiones en la sociedad que les rodea.

Aprovechando esta oportunidad repaso aquellos puntos, considerando este medio que esta dirigido sobre todo a empresarios, ejecutivos y emprendedores, que están directamente relacionados a las decisiones empresariales más relevantes de cada uno de sus países. Considerando lo anterior es hora de establecer la empatía como uno de los valores de nuestras empresas y nuestros emprendimientos.

La empatía se define como la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos, lo cual desde el punto de vista empresarial representaría identificarse con todos los actores que nos rodean, incluyendo los empleados y sus familias, la comunidad que nos rodea, el funcionario público que nos atiende y por supuesto aquellos que ya normalmente consideramos, como son nuestros clientes, nuestros proveedores y los inversionistas que nos financian, con el objetivo de entender y considerar como nuestras acciones pueden beneficiarles más a ellos también. Encontrar ese balance no es fácil, pero procurar entender la perspectiva y las necesidades de todas las partes interesadas, es un factor clave para el éxito del empresario moderno.

Como empresarios, es necesario entender la realidad de nuestra sociedad y procurar contribuir directamente a su desarrollo, a través de nuestros esfuerzos. Es hora de aportar a una economía donde el emprendimiento privado tenga un propósito de desarrollo social en adición al objetivo natural de generar renta al inversionista. Para lograrlo, se precisa aplicar la empatía como un valor en nuestro comportamiento empresarial.

Debemos preguntarnos cual es nuestro propósito como empresarios y cuál es el impacto que deseamos tener. Si queremos contribuir más a la sociedad, debemos pensar en cómo generar más empleo y como ayudar a nuestros empleados a ganar más. Así como se piensa en crecimiento y diversificación, debemos pensar en cómo contribuir más con inversiones en la comunida y pagando impuestos. Estos cambios son necesarios porque debemos entender que el empresario moderno debe contribuir a resolver las necesidades y las expectativas de todos los que le rodean, si desean contribuir al desarrollo sostenible de su país.

La generación actual de empresarios, ejecutivos y emprendedores jóvenes pueden sin duda ayudar a establecer un nuevo paradigma de empresa, estableciendo la empatía como una norma y no una excepción, creando un impacto que imitarán las generaciones que les sigan. Es hora de involucrarse y decidir; es hora de que contribuir de manera más activa; es hora de que aportar con valores y visión al desarrollo de una sociedad que sea mejor para todos los que vivimos en ella.

Escrito por: Javier Chamorro Rubiales (CALI V), Director de MECA Investments